lunes, 6 de junio de 2011

"El sol de los días" en suspenso

Arte y fundamentalismo religioso

El sábado, día 4, fue clausurada anticipadamente la instalación “Die sonne der Tage” (“El sol de los días”), que el artista español Antonio Luque tenía en la Johanniterkirche de Feldkirch, Austria. Sólo es un paso más en el fundamentalismo religioso en el que nos vemos inmersos, en la instalación de Antonio Luque, planteaba una reflexión sobre el papel de la mujer, dentro de la iglesia católica, a través de una revisión de la obra barroca “El éxtasis de Santa Teresa” de Bernini, cita en el Vaticano.


¿Hasta cuando vamos a defender la libertad de expresión, cuando se refiere a obras que interrogan sobre religiones foráneas, y esconder las reflexiones que se producen en el seno de nuestra sociedad, sobre la fe católica?. Ha llegado un momento que nos creemos mejor que nadie, defendemos la democracia y la libertad de expresión en los países árabes y acallamos la nuestra propia.

Este episodio ocurrido en Austria, no es uno más, se ha producido en una de las salas de exposición de instalaciones de arte contemporáneo, con más prestigio de Europa. Cuando se quiere silenciar a los creadores, a los intelectuales y a los librepensadores, quiere decir que esta sociedad esta abocada al fracaso. No se puede, ni se debe permitir que el arte sufra censuras, ni se silencie. La paradoja de “te insto a ti que te manifiestes” y cierro la boca de los de casa, tiene que llegar a su fin.

En una iglesia católica jalonada de escándalos a través de sus dos mil años de vida, y en la última época, por los abusos a menores realizados por elementos de todas sus jerarquías, le es imposible hablar sobre el pobre papel que relega a sus mujeres. La excusa: en el vídeo se proyectaba la imagen de un hombre desnudo. Tanto en la historia del arte antiguo, tenemos varios ejemplos: la Capilla Sixtina de Miguel Ángel (El Vaticano, Roma), “Cruxifición” de Benbenuto Cellini S. XVI (El Escorial, Madrid), entre otros. A representaciones modernas, sin alejarnos mucho, “Desnudos siguen a Cristo desnudo” de Joel-Peter Witkin (2006), o las acciones de Hermann Nistch. La intervención, en el caso que nos ocupa, por parte de Obispo de la ciudad de Feldkirch, ha sido más importante que las cinco mil personas que habían visitado la exposición, sin muestras de escándalo y sin parecerles ofensiva la misma. Quiero decir para descargo de Antonio Luque, que la visita de la exposición había sido programada, por los colegios de la zona.

Como dijo alguien “la estupidez humana no tiene límites”, y más cuando se hace prevalecer el pensamiento de uno sobre el resto. Es contra esto por lo que se ha luchado desde la segunda guerra mundial, y sin embargo la religión que defendemos a capa y espada, no es más que un cúmulo de situaciones homofobas, sexistas y de acaparamiento de poder, que hemos estado intentando erradicar, de nuestra sociedad en estos últimos sesenta años.

Demos una oportunidad a los artistas, que como Antonio Luque, presentan a la sociedad preguntas fáciles de realizar, pero para algunos de nosotros difíciles de responder.

Josep Sala
Comisario independiente

En la imagen "El sol de los días" en la Johannerkirche de Feldkirch (Austria)

jueves, 2 de junio de 2011

"In memoriam" en Gavà


En febrero volví a exponer la serie "In memoriam", esta vez, en Gavà. Me gustaría que tuviese más recorrido, pero el tiempo no corre en balde y creo que estoy haciendo ahora otras piezas más determinantes.

Cuando la presenté, en 2008, estaba muy contento con los resultados optenidos. "In memoriam" se vertebra como un docu-ficción. ¿Cuáles partes son auténticamente vividas y cuáles contadas?. La respuesta la dejaba abierta al espectador. Pocos intentaban conocer la pregunta y de esos pocos la mayoría prefería el silencio.

Para mí, los dos años, que tarde en realizar "In memoriam", me sirvieron para encontrarme con mi infancia, la cual creía perdida en la profundidad del océano (como digo muchas veces para referirme a algo perdido sin remedio). Este encuentro además de ser fructífero me llevó por unos cauces nuevos, donde lo onírico se podía convertir en real, y lo real, quedaba tratado de la misma forma que el mundo de las elucubraciones.

También quería reflexionar sobre algo que ocurre con frecuencia, perdemos de nuestra memoria los pequeños momentos cotidianos, alguna vez regresa alguno, como vi el otro día en un programa de televisión, gracia a un sonido, un olor o un sabor determinado. Eso es lo que intenté en esa serie, forzándome a recordar esos días normales, haciéndola participe a los demás para que recordasen esos minutos de infancia ocultos ahora en sus neuronas.

En Gavà todo fue bien. Una línea más en el currículum, y una buena crítica, para no parar de andar.
En la imagen, "Auto de fe", 2007